Pages

Subscribe:

Monday, March 12, 2012

El monacato como fenómeno universal




El monacato fenómeno universal
Ideas Principales


En el siglo VI a.C. ya existía el monacato como: monacato budista y monacato jansenista.
El budismo se extendió desde la India por Indochina, Tíbet, China, Japón... hasta universalizarse.
Estos monjes se dedicaban a la peregrinación mendicante y luego se juntaron en los monasterios de forma comunitaria. Insistieron mucho en el tema de la pobreza. El monacato budista es el más parecido al cristiano. La diferencia entre ellos son las motivaciones, veamos estas motivaciones opuestas al cristianismo:

- La raíz última de las cosas está en que son pura apariencia.

- Da una visión negativa de las cosas. Todo deseo lleva al sufrimiento. El objetivo es eliminar los deseos, para ello hay que seguir un camino de purificación para finalmente alcanzar el NIRVANA: la paz.

- El Budismo es una filosofía no una religión (No tienen ningún Dios)

Monacato como Fenómeno Universal


Monacato Cristiano

Monje viene de Monachos, que significa solitario.

Eremita viene de eremos, que significa el que vive en el desierto.

Anacoreta viene de anachirein, que significa irse al monte.

Cenobita viene de Koinos Bios, que significa vida común.

Monaquismo, estado de vida para entregarse a Dios dejando el mundo.  Hay dos formas: la vida solitaria por ejemplo: el anacoretismo y el cenitismo, y la vida común por ejemplo el cenobitismo.

Monacato: adopción de vida mas o menos ascética, dedicado a una religión y sujeto a determinadas reglas en común.







La Dimensión Antropológica de toda religión

Monacato hecho antropológico: implica un concepto de orden natural, pues es el hombre quien se retira.

Ascetismo: practica de abnegación y de renuncia de los placeres con el fin de alcanzar el grado más alto de autoconocimiento.

Ascetismo y monacato: es un fenómeno, que surge de la contraposición de lo sagrado y profano. El monje prefiere lo sagrado.

El ascetismo es la profunda convicción de que en el hombre existe una profunda diferencia entre lo sagrado y lo profano. El ascetismo es un hecho individual, pero también colectivo.


Balance de la vida consagrada



Balance de la vida consagrada

Vida consagrada hoy
La Vida Religiosa y los nuevos desafíos

·         Hay dos elementos fundamentales que siempre se ponen en primer plano: la vida religiosa tiene que ser signo y un testimonio (LG 31.39; PC 1). Aparece sobre todo como un signo testimonial. Este es uno de los elementos que tenemos que desarrollar, ¿Un signo de qué? Junto a él hay un segundo punto, el del seguimiento de Cristo. Desde ambas perspectivas, seguimiento y testimonio, la vida religiosa tiene un lugar en la Iglesia.
·         A esto añade el concilio Vaticano II una demanda, la de la vuelta de las órdenes al carisma inicial, la de inspirarse en los orígenes y, al mismo tiempo, la de actualización ("aggiornamento") o puesta al día para hacerse presente en el mundo de hoy. Pero para poder actualizar adecuadamente hay que retomar la historia que da raíces e identidad
·         El primero y radical es el ansia de Dios, tantas veces manifestado en los salmos, en la mística y en los textos fundacionales de las distintas congregaciones. El cristianismo no se entiende sino como búsqueda de Dios, como consagración que aspira al encuentro con Dios mismo, ya en esta vida. En torno a ese ideal hay que comprender muchas de las prácticas, devociones, y regulaciones de la vida religiosa.
·         El gran reto para la vida religiosa está en que sus miembros, al mismo tiempo que religiosos, son ciudadanos y forman parte de esta cultura. Tanto más cuanto mayor es la encarnación de la vida religiosa en estructuras seculares.
·         la vida religiosa aparece como el intento de construir un modelo comunitario y social en el que se haga presente el reinado de Dios en este mundo.
·         El reto de la vida religiosa hoy es perder el miedo en una Iglesia en la que éste reina en muchos círculos y ambientes.  Arriesgar su propia supervivencia porque se deja llevar por el Espíritu, el dios olvidado de la teología católica, como le llamó Pablo VI. Hay que dejar espacios a la creatividad, promover a los cargos de responsabilidad a personas fecundas y huir de la tentación del funcionario que sobrevalora las certezas y seguridades del pasado, y que antepone la obediencia sumisa a la búsqueda de nuevos caminos